Como bien comenta Leopoldo La Rubia en su texto, el uso de eufemismos se ha generalizado en nuestro vocabulario, son utilizados por los políticos para transmitir a la población sus proyectos, por los economistas para describir la situación económica sin crear alarmas, por los medios de comunicación para hacer la información un poco más agradable, o incluso por la Casa Real presentándonos las separaciones de sus miembros como “cese de la convivencia matrimonial”. Y por supuesto por los publicistas para resaltar o describir las magníficas cualidades de los productos.
Es inevitable no acordarse de algún spot en el que el eufemismo es tan evidente que el efecto que produce es totalmente el contrario, hacernos pensar en la palabra que se pretende enmascar. Uno de los mejores ejemplos nos lo ofrece Coronado y sus Bífidus, en este anuncio sustituyendo “ir al retrete”, que no al baño, por “te regula por dentro” o los innumerables spots de productos cosméticos en los que a las arrugas se les llama “líneas de expresión” al sobrepeso “quilos de más”. Otro ejemplo lo encontramos en los spots que anuncian desodorantes en los que la palabra sobaco se camufla con el eufemismo “axila” o en los spots que tienen como producto los pañales, donde la palabra culo es sustituida por “pompis” o en lso anuncios de compresas donde la palabra mearse se traduce por “pérdidas leves de orina”. Otros eufemismos que podemos encontrar en los anuncios de tipo social están más que justificados pues por ejemplo la ONCE utiliza eufemismos como invidente, discapacitado o deficientes. Y pos supuesto no nos podíamos olvidar del eufemismo por excelencia de la publicidad: la regla, que es sustituida por “esos días”, “su periodo” o eufemismos por el estilo. Es evidente la proliferación de este tipo de palabras en publicidad para escuchar lo mismo pero con distinto nombre.
Es inevitable no acordarse de algún spot en el que el eufemismo es tan evidente que el efecto que produce es totalmente el contrario, hacernos pensar en la palabra que se pretende enmascar. Uno de los mejores ejemplos nos lo ofrece Coronado y sus Bífidus, en este anuncio sustituyendo “ir al retrete”, que no al baño, por “te regula por dentro” o los innumerables spots de productos cosméticos en los que a las arrugas se les llama “líneas de expresión” al sobrepeso “quilos de más”. Otro ejemplo lo encontramos en los spots que anuncian desodorantes en los que la palabra sobaco se camufla con el eufemismo “axila” o en los spots que tienen como producto los pañales, donde la palabra culo es sustituida por “pompis” o en lso anuncios de compresas donde la palabra mearse se traduce por “pérdidas leves de orina”. Otros eufemismos que podemos encontrar en los anuncios de tipo social están más que justificados pues por ejemplo la ONCE utiliza eufemismos como invidente, discapacitado o deficientes. Y pos supuesto no nos podíamos olvidar del eufemismo por excelencia de la publicidad: la regla, que es sustituida por “esos días”, “su periodo” o eufemismos por el estilo. Es evidente la proliferación de este tipo de palabras en publicidad para escuchar lo mismo pero con distinto nombre.

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