
El club de la Lucha (1999), es una película basada en la novela del escritor Chuck Palahniuk. Considerada una obra maestra del séptimo arte en una industria como Hollywood, donde las películas de las que se puede extraer un reflexión tienen dos opciones: o fracasar rotundamente, debido en gran medida por su bajo presupuesto, o triunfan entre los cinéfilos que aprecian el buen cine. Pues, a este filme le ha pasado un poco de las dos cosas. Cuando la película se lanzó al mercado, su recaudación junto con el número de espectadores fue mediocre, pero con el paso del tiempo, esta película se ha convertido en un referente para los amantes del buen cine. La feroz crítica que se realiza a la sociedad actual y su magnífico guión son sin duda, los mejores alicientes. Y el retrato de los deseos y las frustraciones humanas se ven perfectamente representadas junto con las relaciones sociales a lo largo de la obra. Ya sé que el título de la película les puede despistar un poco, pareciendo la típica película de tortas y mamporrazos sin ton y ni son, pero nada más lejos de la realidad, el director utiliza la violencia precisamente para eso, transmitirnos la violencia sin sentido del consumismo, un consumismo que por mucho que pueda canalizar nuestros deseos materiales, nunca podrá canalizas sentimientos como el amor o el odio por mucho que lo intente. En fin, un homenaje a Baudrillard y un regalo para la generación del consumismo. Les recomiendo que vean el film varias veces, porque si les soy sinceros, la primera vez que la vi, hará unos varios años, no entendí el mensaje que se pretendía transmitir, por lo que es fácil que se catalogue como violenta, pero la segunda vez que se ve todo encaja en el fantástico guión, que no tiene otro fin que invitarnos a la reflexión mediante el jabón y los grupos de autoayuda. No se la pierdan.
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