Sin duda la rápida expansión de la economía de China se debe en gran medida a su población, 1300 chinos, que trabajan fervientemente por su economía y sobre todo por ganar un mísero jornal que el empresario occidental tiene el gusto de darle por las grandes ventajas que encuentra en el país asiático y en su población. Pero no solo los occidentales ven en el gigante asiático un suculento negocio, ellos mismos saben de la importancia de su economía y muchos de ellos aprovechan esta situación para sacar tajada. Con la gran población que alberga no es de extrañar el surgimiento de nuevos ricos chinos, que en un futuro, por muy comunistas que sean, no querrán vivir en un país que les ofrece pocas alternativas de ocio sabiendo de la existencia de Mallorca o Las Vegas. Y a todo esto Europa y América se echan las manos a la cabeza por el rápido crecimiento económico de los comunistas amarillos y su tesón y voluntad emprendedora, que más que vistas con buenos ojos son vistas con pánico y terror, pues saben que la conversión del país en la futura superpotencia es solo cuestión de tiempo.

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